Mi heroína. Así es como considero a la madre de Mireia.
Con la muerte de
Mireia todos hemos perdido. Mis padres y mis suegros, a su nieta; mi
hermano y mis cuñados, a su sobrina; sus primos a más que una
prima, a una hermana; mis amigos, que también son tíos, a su sobrina; los amigos
de Mireia a su “mejor amiga para siempre” (MAPS); mi yaya, a su
bisnieta...Yo no solo he perdido a mi hija sino que he perdido mi
motor, mi ilusión, mi vida, mi felicidad, mi porqué de vivir aunque hay que seguir hacia delante. Sé
que el dolor no se puede medir y que cada uno lleva su dolor como
mejor puede. Pero de lo que si estoy convencido es que para
una madre enterrar a su hija es desgarrador.
En
esta entrada quiero hacer un homenaje a la madre de Mireia, Merche. Y
en su figura, quiero hacerlo extensivo a todas y cada una de esas
madres que sufren y sufrirán la muerte de su hijo.
Desde hace ya un tiempo que vengo escuchando la canción
de Antonio Orozco “Mi héroe” que me ha inspirado a escribir esta
entrada. Esa canción empieza de esta manera: “jamás, la vi mirar
al miedo con tanto coraje. Jamás, ganar una partida tan salvaje, y
yo, aun llevo tus consuelos de equipaje” "Se pueden llenar los siete mares de valientes y nunca llegaría a parecerse ni a un cuarto del valor que tú sostienes. Si mi amor, se puede, tener el sacrificio del más fuerte y nunca llegaría a parecerse ni a un cuarto del poder que está en tu mente" Eres mi héroe (heroína), no solo por
cómo estas enfrentándote al duelo, sino por todo lo que has hecho
por nuestra hija.
Merche, cariño, cuando supimos que íbamos a ser padres
estábamos entre contentos y asustados, pero sobre todo felices. Como
todas las mujeres fuiste aguantando el embarazo como una campeona.
Intentaste dejar de fumar (estabas insoportable eh, jeje). Engordaste
mucho y más. Aguantaste la “cabezonería” de nuestra hija que no
quería nacer. Aguantaste el frío del invierno y el calor brutal de
Zaragoza de ese mes de julio y agosto. Sufriste las contracciones
hasta que vino tu héroe (así le llamabas) a ponerte la epidural. Me
tuviste que aguantar durante el parto mirando el monitor de las
contracciones y diciéndote “ahora viene una” (pesado que fui).
Y nació Mireia. Y a los dos meses tuviste que volver a
trabajar. Criabas a Mireia con la ayuda de los yayos y de tu hermana
(que estaba embarazada de Elsa). Yo me encargaba de nuestra peque los
fines de semana porque por trabajo estaba toda la semana fuera.
Mireia crecía y siempre estabas tú, su mami.
Nos divorciamos en el 2009 porque se acabó el amor de
pareja. Y solo nos pusimos una condición: llevarnos bien
por nuestra hija. Ella no tenía que pagar que sus padres ya no se
quisieran. Era nuestro problema, no el suyo. La felicidad de Mireia
era lo primordial. Era básico. Y así lo hicimos. Formamos un gran
equipo.
Pero la vida, Merche, nos ha dado una puñalada. El puto
bicho nos mató a lo que más queremos, a nuestra hija. ¡Maldito
seas! Pero además, el puto bicho se cebó contigo y te hizo
el peor regalo de cumpleaños que se puede dar. Ese 24 de septiembre
del 2015, tu cumpleaños, fue cuando nos dijeron por primera vez que
Mireia estaba grave. Ese día fue cuando le pregunté a la doctora si
Mireia se podía morir y nos dijeron que no podían descartar esa
posibilidad. ¡Vaya mierda, eh!
El puto bicho hizo su trabajo, y si doce años antes
sacábamos a nuestra hija llena de vida del mismo hospital, doce años
después, en aquella trágica madrugada del 25 al 26, tuvimos que dar
el consentimiento para que la desenchufarán. A esto lo llamo
crueldad.
Merche, cariño, no te lo mereces. No nos lo merecemos.
Nadie se lo merece. ¡Nadie!
Merche, cariño, somos un equipo. Hicimos un trabajo
espectacular, brutal. Un orgullo de hija.
Merche, cariño, gracias por hacerme padre de Mireia,
por darme una hija, por criarla, educarla, reñirla, jugar con ella, ayudarla a estudiar, hablarla, aconsejarla, darle de comer, de
vestir, aguantar sus rabietas, su preadolescencia...gracias por hacer que Mireia fuera feliz, que disfrutara de
la vida, que fuera una buena y gran persona con mucho amor.
Gracias Merche, Gracias mami. Gracias de corazón.
TE QUIERO.
#MireiaTeQuiero
Hola Sergio;
ResponderEliminarMe llamo Ana y aunque no me conoces, supe de la trágica noticia a través de un enlace en facebook que una conocida común tenemos.
Leo casi todas las entradas que realizas y acabo llorando tras ellas, motivo por el cual a veces según mi estado de ánimo, no leo esas pocas que me dejo en el tintero.
Soy madre de dos pequeños de 4 y 2 años, por ese motivo especialmente empatizo con vuestra situación....no llego a alcanzar el grado de sufrimiento por el que estais pasando, es inhumano que pasen cosas así, que impotencia..
Os tengo que dar la enhorabuena por la forma tan luchadora y con la fuerza con la que estais afrontando esta dura pérdida, de verdad creo que sois ambos unos héroes al hacer de frente a esta situación tan desgarradora.
Mireia, seguro que desde donde esté, también os llamará "MIS HÉROES".
Un abrazo enorme desde Huesca
hola Sergio:
ResponderEliminarse del dolor que sientes, lo estoy viviendo y como tu dices, es lo mas desgarrador que nos puede pasar, no estamos preparados para esto, la muerte entra a tu vida y se apodera de ti sin importar el dolor que deja con su llegada, es difícil , pero nuestros héroes nos han dejado una gran lección, y por ellos debemos vivir es una misión, vivir por ellos, cuesta tanto no poder platicar con ellos, no besarlos, no darles las buenas noches los buenos dias, nuestros secretos.. y tantas cosas del dia a dia..un abrazo de oso..Santiago de Chile
Fantástica Merche, fantástica Mirella, fant´sitico tú, Sergio. El amor nunca muere, tan solo tenemos que dejar los corazones abiertos, como lo haces tu, con generosidad.
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