Hola
Mireia
Ya
sé que está todo ok como me dijiste el 28 de septiembre pasado cuando estuvimos
solos en el tanatorio. “Papi tranquilo, está todo ok”. Me lo dices cada vez que
me vengo abajo y me pongo a llorar. Lo sé cariño. Pero no puedo remediarlo.
Siempre
tan buena. Siempre preocupada por los demás y eso que solo tienes 13 añitos. Pero
no cariño, a veces no está todo ok. A los problemas diarios se me une tu
ausencia. Sé que estás a mi lado. Te noto, no sé cómo pero te noto. Me lo
repites cada vez que lloro y me pongo triste.
Te noto
al darme las collejas para decirme “vaaaaaa espabila papi que estoy aquí junto
a ti”. Lo sé. Lo sé. Pero también necesito tenerte físicamente y no solo mandar
un beso al cielo o besar tu foto. Te necesito aquí conmigo. Quiero darte ese
beso, esa caricia y ese abrazo. Quiero verte, sentirte. Quiero verte sonreír. Quiero dormir
contigo y que me des patadas. Quiero comer contigo ese arroz que decías que era
el mejor del mundo. Quiero volver a cantar contigo, estudiar, jugar, llamarte, oirte decir que me quires, rascarte… Quiero y
no puedo, salvo hacerlo en mi imaginación. Quiero que conozcas a todas estas personas que me
ayudan y que tanto me quieren y te quieren sin haberte conocido en persona. Quiero ir a jugar al pádel
contigo. Quiero. Quiero. Lo quiero!!! Te necesito aquí junto a mí.
Todo
esto ya no lo tenemos. El “puto bicho” nos lo quitó. Me faltas. Pero sabes qué?
Este fin de semana en tu I Memorial has conseguido físicamente darme un abrazo,
un beso, una caricia, hablar, animarme…a través de toda la gente que ha venido
a jugar, a verme, que me ha escrito, llamado. Me has transmitido tu “Papi
tranquilo, está todo ok” a través de ellos. Te he notado. Estabas ahí. Brutal.
Gracias
cariño. Gracias hija. Gracias Mireia. Te quiero mucho como la trucha al trucho
(como decíamos).
Ah Mire,
he llorado mucho mientras te escribía esta carta pero has vuelto a darme una
colleja. Ha hecho sonar “Tic Tac” esa canción de los Auryn que te gustaba, no
era tu preferida pero que cantábamos juntos, y he vuelto a reír al acordarme
cuando me decías “papi, quédate tú el iPad y lee la letra que yo
ya me la sé”.
#MireiaTeQuiero