sábado, 9 de enero de 2016

Papi

"Papi", así me llamaba Mireia salvo una temporada que me decía Sergio. Siempre me llamaba papi con su voz dulce, con esa sonrisa de oreja a oreja. Papi.
Me decía "a qué si papi" cuando quería hacer rabiar a la Yaya Isabel o al Yayo Ángel buscando mi complicidad. Yo le decía que si, aunque no llevara razón. Nos reíamos al fastidiar a los yayos. "A que si papi".
Hablaba mucho. No callaba e incluso había veces que le tenía que decir "joer, calla ya que me vas a borrar el nombre". Todos lo decimos alguna vez, no?

La voz de Mireia se apagó. Desde el 24 de septiembre, ese día la entubaron, no oigo su voz. No oigo sus papis. No oigo su risa contagiosa. No la oigo. La voz se la apagó un puto bicho. Silencio. Echo de menos sus papis. Echo tanto de menos sus "¿qué vamos a hacer hoy?", sus doscientos"¿te bañas?" cuando estábamos en la piscina o playa. Echo de menos sus "ahora voy", esa frase recurrente cuando le decía que pusiera la mesa o se pusiera a estudiar. Echo de menos oír su voz cuando cantábamos en el coche haciendo duetos. Echo de menos sus "toma, toma, toma" cuando jugábamos a coche amarillo yo. Su voz. Sus "te quiero papi". La echo tanto de menos.

Puedo ver fotos pero no he podido aun ver un vídeo o escuchar una nota de voz de Mireia. No he podido oír a Mireia. Tengo miedo a hacerlo. No puedo.
Ver una foto es ver un instante fijo de la vida. Sin movimiento. Sin sonido. Sin embargo, ver un vídeo y escuchar su voz es como si estuviera aquí conmigo. Y no está, al menos físicamente.
Supongo, espero y deseo que algún día me arme de valor para poder ver un vídeo de Mireia. Espero y deseo que algún día sea capaz de oír su voz. Hoy no me atrevo. Necesito oír su voz pero aún no estoy preparado. Pero ese miedo, esa impotencia no ha impedido que oiga a mi hija cuando hablamos. Lo hago con frecuencia. Hablo mucho con Mireia. Es el subconsciente. Lo sé pero me viene bien.

El silencio me duele. El silencio me amarga y atormenta. No verla, no poder estar con ella es duro pero el no oírla es un dolor. Dicen que una imagen vale más que mil palabras pero también las palabras son necesarias. Oír un te quiero. Oír dame un beso. Oír papi. Oír lo que ha hecho durante el día. Oír una voz es también muy necesario.

#MireiaTeQuiero

7 comentarios:

  1. Cuantas preguntas incomodas de las que tanto nos reíamos,cuantas excusas,cuantos si papi, cuantos mama, cuantos voy tia,cuánto te echamos de menos.

    ResponderEliminar
  2. Un abrazo, ese papi siempre sonara en tus oidos igual que el aita que decia mi hija, porque esta ahi. Que te puedo decir, yo por si puede verme trato de estar bien, que no sufra por mi dolor, que sienta que puedo con el, que se que esta junto a mi diciendo "Aita".

    ResponderEliminar
  3. No quiero ni pensar lo duro que debe ser pasar por lo que estáis pasando. No puedo imaginármelo, me pongo en vuestra piel y se me encoge el alma. No se que deciros. La vida sigue, siempre, aunque nada ya será igual, sigue siendo vida. Y os merecéis vivir la cada día más calmados y con más paz. Un beso enorme desde Tarragona. Me has emocionado.

    ResponderEliminar
  4. No quiero ni pensar lo duro que debe ser pasar por lo que estáis pasando. No puedo imaginármelo, me pongo en vuestra piel y se me encoge el alma. No se que deciros. La vida sigue, siempre, aunque nada ya será igual, sigue siendo vida. Y os merecéis vivir la cada día más calmados y con más paz. Un beso enorme desde Tarragona. Me has emocionado.

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  7. Me emocionó leer.Imagino vuestro dolor y sufrimiento
    De la distancia quiero decirle a usted y su esposa que no vajen los brazos
    Ella está descansando en la memoria de Dios y quiere que sus padres estén bien.
    Recuerden los buenos momentos y traten de disfrutar las cosas lindas de la vida por ella y para ella
    Admiró su amor por ella.
    Fuerza para seguir

    ResponderEliminar