jueves, 18 de febrero de 2016

Así recuerdo a mi hija. Así era Mireia

Feliz. Preciosa. Simpática. De bebé, siendo niña y de preadolescente. Sobrina, prima, nieta y bisnieta. Educada. Adorable. Comedora, pero sin fruta, salvo cuando se la daba su tía. Guapa, muy guapa. Buena. Amante de los animales, con sus caballos y con Juanita. Habladora, no callaba.

Bromista y sonriente. Su risa floja. Sus carcajadas y sus chistes malos. Divertida. Conformista, todo le venía bien y aceptaba los no como respuesta. Cariñosa. Besucona, daba besos a todos. Siempre tenía hechos. Presumida aunque a veces se vestía un poco desconjuntada (su madre decía que era culpa mía, puede ser, jeje)

Radiaba mucho amor por los cuatro costados y sobre todo por su mirada. Sincera, aunque alguna vez soltaba alguna mentirijilla, pero ¿quién no?. Honrada. No era nada ñoña, no la dejaba. Expresiva. Alegre. Extrovertida. Amiga, una gran amiga en la que podían confiar. Cómo la quieren, la recuerdan y la echan de menos sus amigas y amigos. Yo también os quiero y no os olvido. Preguntándole por sus "novietes". Contándome historias.

Estudiante. Le costaban los problemas de matemáticas, como a mi. Le gustaba el colegio y estaba nerviosa por empezar el instituto. Siempre de las últimas al salir del cole. Siempre con sus amigas.  Comprometida. Tranquila. Atenta. Fiel. Generosa. Preguntona. En verano siempre en el agua. Calurosa. Deportista. Yendo al tenis, llevarla a la hípica e ir a esquiar. Patinadora. Juguetona. Con sus disfraces y sus muñecos. Siempre con sus series en la tele. Cantando su música. Valiente. Tremenda. En las atracciones de Port Aventura o ferias o Euro Disney. Disfrutando de todos los momentos. Teatrera y actriz. Con su móvil y sus redes sociales. Haciéndola rabiar pero poco enfadica pero con su genio.

Inocente. Petacas. Quejica. Desordenada. Casi siempre hacía las cosas como poner la mesa o ponerse a estudiar a la segunda o tercera o cuarta... Dormilona y sin parar de moverse en la cama. Roncaba. Eso si, sin siesta, ni con el poder de los pulgares. A veces insoportable. Dulce. Brutal. Crack. Soñadora. Gramenauer y handepora. Siempre predispuesta. Fotogénica. Especial. Sensible. Sana, pocas veces se puso enferma. Jovial. Entusiasmada. Paz. Me esperaba para ir a la cama juntos tanto en verano como los fines de semana que estaba conmigo

Así era Mireia. Así recuerdo a Mireia, lo mucho de bueno y lo poco malo. También tengo grabados los últimos 13 días de su vida ingresada en el hospital. No quiero (ni puedo) olvidarlos porque de lo malo, de lo cruel, de lo injusto, de lo inhumano y de lo antinatural también se aprende, aunque duela.

Pero sobre todo te recuerdo como la mejor HIJA DEL MUNDO. Mi hija. Mireia, mi niña.

#MireiaTeQuiero

9 comentarios:

  1. Como siempre me dejas sin palabras,sin poder respirar y con los ojos llenos de lágrimas
    No me canso de decirlo,eres increíble

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  2. Cuánto amor transmiten tus palabras. Dulce Mireia erer un ángel

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  3. Cuánto amor transmiten tus palabras. Dulce Mireia erer un ángel

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  4. Como me gustaba verla reír,incluso llorando se reía.No había adversidad que le borrase su sonrisa.Cuanto la quiero.

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