viernes, 26 de mayo de 2017

Ay mi niña!

Ay mi niña! esta es la expresión que seguido de un suspiro me digo a mi mismo cuando me acuerdo de Mireia. Un suspiro que duele, que te quema por dentro y por fuera. Ay mi niña!
Es una expresión que digo en voz alta cada vez que entro a casa y veo la foto de Mireia. "Ay mi niña, te quiero mucho" y le doy un besito en la mejilla. Pero también es una expresión que me retumba en la cabeza cada vez que me viene un recuerdo o un pensamiento.

Es una expresión que, sobre todo, cada 26, 27 y 28 de cada mes me repito varias veces al día. Estos tres días.
Es una expresión que denota recuerdo, nostalgia, dolor, pena, tristeza, de alma rota y que me digo con rabia, impotencia, con enfado. 

Mireia es mi niña. Será siempre mi niña, esto no podrá quitármelo el puto bicho. Nunca. Mireia es mi vida. Todo giraba en torno a ella y a día de hoy todo sigue girando alrededor de Mireia. Es verdad que sigo viviendo, no queda otra, y que poco a poco me voy acostumbrando a hacer cosas e ir a sitios que antes no podía hacer o no podía ir. Es verdad que este mundo, a veces tan inhumano y cruel, no se detiene y no deja que te bajes. No se puede ni se debe. Pero no es menos cierto que vivir sin lo que más quieres en este mundo es muy duro, insoportable. Es una expresión que significa la incredulidad que a veces siento al no creerme lo que pasó ese inolvidable 26 de septiembre del 2015. Por eso, el exclamar esa frase hace que vuelva a la realidad que nunca quise y que es la verdadera, la que vivo.

Ay mi niña! cuánto te echo de menos. Cuánta falta me haces. Cuánta falta nos haces. Ay mi niña! cuánto te quiero. Cuánto te queremos. Ay mi niña! Ay mi niña!

#MireiaTeQuiero

2 comentarios: