18 de septiembre 2015
La noche ha sido larguísima, eterna. ¿Cómo habrá pasado la
noche? ¿Cómo estará hoy? ¿Sabremos ya que puto bicho es?
Por fin son las 12:30 horas. Nos dan el parte. Hoy ya no
está tan dormida. No grita tanto ni
quiere arrancarse las vías y por eso la han desatado. Un alivio. Sin embargo, la alegría dura poco. Hoy presenta otro síntoma de esos raros: ahora no habla bien. Es como si el cerebro le manda la señal de hablar y el
sonido no le sale. Quiere hablar y no puede. Mireia se agobia porque no le
salen las palabras. Emite alguna pero entrecortada. Además, ella cree que si
habla bien. Nos repite una y otra vez las cosas. Que impotencia siento. Que
rabia. Desesperación. Cada vez se pone más nerviosa y la calmamos con besos,
con música y jugamos. Qué bien me saben sus besitos. Son tan dulces, tiene
tanto amor.
Le damos de comer y apenas prueba la comida. Ya lleva casi 6 días
sin comer y se le nota que ha perdido algunos kilos. Le bromeo diciendo que
tiene un tipin de modelo. Se ríe. Hay que dar normalidad y serenidad, aunque
por dentro estoy destrozado por la incertidumbre.
Los médicos no saben que decirnos. No saben porqué Mireia
presenta estos síntomas. No saben el porqué de estas reacciones. Le hacen
pruebas y pruebas y hoy hasta un scanner. Pronto sabrán el resultado. Se les ve
preocupados y angustiados por no dar con la solución. Son unos profesionales y
se están desviviendo por mi hija y por el resto de los niños de la UCI. Me
consta.
Se acaba la hora y tendremos que volver por la tarde. A las
20 horas el segundo parte en el que nos dicen que todo sigue igual. Sigue sin
poder casi hablar.
- "Hola teti. Ya estamos aquí ¿Qué has hecho por la tarde? ¿Has
dormido la siesta? Dame un besito que supongo que tendrás hechos que esta
mañana se te han acabado".
Me come a besos. La adoro. Es tan cariñosa. Jugamos.
Ponemos su música. Le damos la cena pero vuelve a comer muy poco por no decir
nada. Lo intentamos pero no queremos forzar.
¡Puto bicho, déjala!
Nos dejan estar un ratito más si queremos pero Merche y yo
decidimos al rato irnos porque las normas de la UCI son claras y están para
cumplirlas pese al dolor de corazón que te da el dejar a tu hija de esa manera
y "sola".
Por la noche a dar los partes médicos a todos los grupos de
WhatsApp. Sois muy grandes. Gracias por estar ahí. No nos dejáis solos y eso
nos llena de fuerza.
A por otra noche larga…
Continuará…
#MireiaTeQuiero
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